Aumentar la productividad es clave en cualquier negocio, ya que de ella dependen ingresos, rentabilidad, su posición en el mercado y, en resumen, su futuro. Aunque cada empresa es diferente y tiene sus propias necesidades y flujos de trabajo, hay una serie de consejos y recomendaciones que os resultarán útiles independientemente del sector o del tamaño.

- Conoce tu empresa y elabora una estrategia de negocio. Necesitas definir claramente tus objetivos principales de forma realista y lo más detallada posible para elaborar una hoja de ruta y orientar hacia ellos el esfuerzo.

- En una palabra: sinergias. El trabajo en equipo y fomentar la colaboración y la comunicación son claves para alcanzar el éxito en un negocio. Y no abuses de las reuniones, ya que pueden llegar a ocupar buena parte del tiempo de tus empleados y no resultar productivas; conviene acudir a ellas con el encuentro debidamente preparado y con los puntos del día claramente definidos.

- Aprende a delegar. No es lo mismo conocer tu empresa que saber con detalle qué actividad diaria desarrolla cada persona y cada departamento, especialmente cuando la empresa crece. Liderar implica otorgar responsabilidades de forma organizada a la gente más adecuada para cada tarea.

- Formación continua. Los recursos humanos de la empresa son un elemento fundamental. Y, al igual que debemos modernizar nuestras máquinas, servidores y tecnologías, nuestras personas también deben poseer conocimientos suficientes y actualizados para afrontar su labor de forma productiva, no solo a nivel técnico sino también en facetas como la comunicación, el marketing, hablar en público, la gestión de crisis, la negociación, el liderazgo, el trabajo en equipo o las nuevas plataformas y tecnologías digitales.

- Flexibilidad, creatividad, trabajo en equipo. Un trabajador satisfecho, motivado y comprometido, resulta más productivo. Y la satisfacción depende de muchos factores, no solo de los económicos, tales como la flexibilidad, la autonomía, el sentirse parte de un equipo, la carrera profesional, el plan formativo o la no realización de tareas repetitivas y mecánicas.

- Más innovación y más tecnología. A día de hoy, la tecnología y la innovación se han convertido en grandes aliadas para la empresa. El impulso de la tecnología a la productividad no es algo nuevo: ya ocurrió en la década de los 90 con la llegada de las primeras nuevas tecnologías. A día de hoy, tecnologías revolucionarias como el Big Data o la Inteligencia Artificial propician procesos más eficientes, amplían la capacidad de producción, minimizan errores y sus consecuencias, ayudan a optimizar tiempos y recursos, a automatizar procesos e incluso a crear nuevos puestos de trabajo.

Mención especial merecen las aplicaciones y soluciones en la nube; una gran opción para trabajar con seguridad, de forma eficiente, sin necesidad de grandes inversiones y pudiendo además adaptarse a necesidades específicas. En una época en que usamos cada día las herramientas colaborativas y el teletrabajo, el cloud permite, por ejemplo, compartir documentos o enviar archivos desde cualquier dispositivo y lugar.

Invertir en la tecnología adecuada sin perder nunca de vista los estándares de calidad y la normativa aplicable a cada sector es mejorar la propuesta de valor a vuestros clientes a través de un mayor conocimiento de sus necesidades y demandas, aportándoos mayor fiabilidad y diferenciación en el mercado.

Sabemos que no es fácil conseguir que una pyme sea eficiente, especialmente cuando comienza su andadura, pero la productividad es una auténtica necesidad para garantizar la viabilidad de toda empresa. Las buenas prácticas y la tecnología pueden ayudarte a alcanzarla.

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