¿Sabes que en Euskadi tenemos dos Paradores de Turismo? Están en Hondarribia (Gipuzkoa) y Argomaniz (Araba) y son un buen plan para disfrutar en familia, con la pareja o la kuadrilla. Aquí tienes toda la información imprescindible sobre el Parador de Hondarribia y el Parador de Argómaniz.

Del castillo de Hondarribia al palacio de Argomaniz. Nos vamos de Paradores Nacionales en Euskadi.

Parador de Hondarribia

En el extremo noreste de la provincia de Gipuzkoa, a los pies del monte Jaizkibel, se encuentra la localidad de Hondarribia.

Una ciudad amurallada de trazado medieval y coloridos edificios solariegos con balconada que rebosa historia y en la que cuentan con un impresionante Parador de Turismo, declarado Monumento Histórico-Artístico.

Situado en la misma frontera con Francia, el actual Parador de Hondarribia ocupa un castillo construido por el rey navarro Sancho Garcés II (conocido como Abarca) en el siglo X para controlar los peligros que pudiesen llegar a través del río Bidasoa. Su carácter defensivo no deja lugar a dudas: muros gruesos y gran altura; todo lo necesario para ponérselo difícil a los enemigos.

Más allá de su faceta defensiva, el castillo ha servido de alojamiento y refugio para personajes ilustres de varias épocas, como Diego Velázquez, y reyes, entre los que destaca el emperador Carlos V; de hecho, lleva su nombre, ya que lo remodeló y amplió a su gusto.

El edificio sigue conservando sus arcos originales y en su interior alberga objetos como cañones o armaduras. En 1968, fue convertido en Parador de Turismo.

Cómo es el Parador de Hondarribia

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Fuente: Paradores

El Parador de Hondarribia está situado en lo alto del casco antiguo de la villa, por lo que su accesibilidad es un tanto complicada.

Pero vale la pena sortear esas pequeñas dificultades para acceder a este castillo reconvertido en un establecimiento hotelero de cuatro estrellas.

Sus habitaciones, un total de 36, son elegantes y combinan el toque tradicional con las comodidades actuales. La mayoría tienen vistas al mar y te permitirán contemplar la desembocadura del Mar Cantábrico.

Otros lugares desde los que disfrutar de las fantásticas vistas son el jardín y la terraza panorámica.

En el Parador de Hondarribia no hay restaurante, pero sí dispones de una cafetería en la que puedes degustar productos locales de calidad, como los quesos de Iparralde o las anchoas de Getaria y, especialmente, la mejor repostería artesanal.

También cuenta con dos salones perfectos para acoger todo tipo de eventos: el Salón de los Tapices (así llamado por los valiosos tapices que acoge, obra de Rubens) y el señorial Salón del Emperador Carlos V. Cada uno de ellos tiene capacidad para acoger a unas 70 personas.

Qué ver en Hondarribia

Hondarribia es una de las localidades más turísticas y visitadas de Euskadi, así que no dejes pasar la oportunidad de dar un paseo por el entorno del Parador.

Un buen plan es coger alguno de los barcos que surcan el Bidasoa y visitar la vecina localidad francesa de Hendaia.

Si te apetece un plan más cultural, puedes acercarte al Museo Chillida Leku de Hernani.

A solo 250 metros del Parador tienes el Paseo Marítimo de Hondarribia y a no más de un par de kilómetros ya te encuentras la playa. De hecho, la localidad es también muy visitada por amantes de los deportes acuáticos que quieren practicar paddle surf o buceo.

Y si lo que te apetece es disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, acércate al parque ecológico de Playaundi, de Irun, o cálzate zapato cómodo y realiza algunas de las rutas de senderismo de la zona.

Parador de Argomaniz

En el centro de Araba, entre caseríos y paisajes verdes, encontramos el Parador de Argomaniz.

El Parador de Argomaniz se ubica en un elegante edificio renacentista: el palacio Larrea.

Fue construido en 1712 por la familia Larrea, marqueses de Araba, cuyo escudo sigue conservándose en la fachada.

Entre sus muros ha visto discurrir buena parte de la historia de la zona. Fue convento de los Carmelitas Descalzos y cuartel de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. Dice la leyenda que allí pasó Napoléon su última noche antes de la Batalla de Vitoria.

Así que por él han pasado religiosos, soldados, romanos, cristianos, musulmanes, judíos, flamencos o franceses.

Cómo es el Parador de Argomaniz

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Fuente: Paradores

El Parador de Argomaniz es perfecto para desconectar y relajarse en su biblioteca, salones, jardines o terraza con vistas panorámicas.

Cuenta con tres plantas y 53 habitaciones, en las que predominan la decoración rústica a base de madera y piedra natural.

En el antiguo granero de la última planta del palacio se encuentra el restaurante Aletegui.

El local ofrece vistas panorámicas y son características sus ventanas con forma de ojo de buey y el artesonado original del siglo XVIII.

Aletegui ofrece cocina de mercado y temporada, de corte tradicional vasco, pero con toques de innovación. Carnes y verduras son mayoría en una carta en la que destaca el bacalao Club Ranero, el pastel de setas silvestres y, de postre, el goxua.

Desde el restaurante puedes observar la llanura alavesa y los cercanos Gorbea y pantano de Ullibarri, que bien se merecen también una excursión.

Qué ver en Argomaniz

El Parador de Argomaniz es un oasis en plena naturaleza. Justo enfrente está el Parque Natural de Garaio y muy cerca se encuentra también el parque natural más grande de Euskadi, el Parque Natural de Gorbea.

Otra opción es acercarte al embalse de Ullibarri-Gamboa, en el que puedes jugar al golf, practicar ciclismo o disfrutar de cuidadas playas interiores con Bandera Azul.

Si prefieres una escapada urbana, Gasteiz se encuentra a tan solo doce kilómetros.

Y no dejes de visitar la localidad de Argomaniz, en la que puedes descubrir casas señoriales y monumentos tan interesantes como su Palacio (hoy convertido en sede del Ayuntamiento) o La Casa del Obispo.

Sin duda, todo un lujazo nuestros dos Paradores de Euskadi, Hondarribia y Argomaniz.

Fuente imagen cabecera: Paradores.