¿Quién ha dicho que la ciencia es solo para científicos? Pues de eso nada. Ricardo Mutuberria, científico, divulgador, biólogo, consultor, comunicador y un montón de cosas más, se empeña en demostrarnos con hechos que la ciencia es divertida, muy práctica y que la podemos usar para mejorar nuestro entorno y nuestra vida cotidiana. ¿Cómo? A través de la asociación Biook y de eventos como el BBK Open Science Fest, donde hemos aprendido que la ciencia, que durante mucho tiempo ha sido patrimonio exclusivo de los científicos, se ha “democratizado” y “ha vuelto a estar en manos de la ciudadanía”.

Blog Euskaltel. A veces, cuando hablamos de ciencia parece que solo nos vienen a la cabeza tubos de ensayo, fórmulas complicadas ¡y hasta la cara de Einstein! ¿Pero se puede hacer ciencia de forma divertida?

Ricardo Mutuberria. Es curioso, pero el laboratorio comunitario de Brooklyn tiene un lema que dice: “¿Recuerdas cuando la ciencia era divertida?” Eso va dirigido a la población en general pero también a los investigadores, porque se han metido en un mundo profesional muy exigente. La ciencia es súper divertida, todos somos científicos: lo que hacen los niños cuando se ponen a poner palitos para hacer una presa en un riachuelo es ciencia; mirar arañas, hormigas, plantas, observar la naturaleza y cuestionarse cosas sobre ella es ciencia; la relación entre un humano y su mascota es ciencia porque te obliga a conocer a la psicología del animal…

B.E. Tu asociación, Biook, está volcada en conseguir que la ciudadanía participe en la producción científica… ¿Pero eso en qué se traduce?

R.M. Uno de los objetivos de Biook es que la gente pueda participar en la producción científica y cultural, en proyectos medioambientales, de identificación de aves, de recuperación de entornos ambientales, de nuevos modelos de agricultura… las posibilidades son infinitas. Biook propone a través de BBK Open Science que la gente por fin pueda hacer ciencia real, como hicimos en BBK Open Science Fest, los pasados días 18, 19 y 20 de enero. Nuestro objetivo es crear un laboratorio comunitario donde la gente pueda llevar a cabo esos proyectos de ciencia de forma colaborativa. Estos proyectos se traducen a menudo en pequeñas empresas y en servicios, y el objetivo de Biook es que estas empresas favorezcan a la sociedad y al medio ambiente.

B.E. ¿Y cómo funciona el movimiento Biología Do it Yourself (DIY) Biology, Zuk zeuk egin Biologia?

R.M. Es un movimiento que surgió hace unos 12 o 14 años en el que un grupo de personas se juntó para practicar Biología fuera de los entornos académicos y de los laboratorios de empresas de Biotecnología. Poco a poco empezó a hacer experimentos, a fabricar equipamiento, y a crecer hasta que montaron un laboratorio y empezaron a trabajar y a invitar a participar a la comunidad. Se está extendiendo por Europa y aquí está llegando de la mano de Biook. Tenemos la primera comunidad de Biología Hazlo tú Mismo en Bilbao; la primera institución que fomenta este movimiento, y la primera programación de la ciencia ciudadana, abierta y participativa, que es BBK Open Science. Tenemos tres estrellitas en el mapa mundial y solo nos falta el laboratorio comunitario que esperamos poder crear este año.

B.E. Hace poco que habéis creado DIYbio Bilbao, ¿qué actividades habéis puesto en marcha? ¿Hace falta que seamos biólogas para que os podamos visitar?

R.M. Esta es una comunidad de personas interesadas en la ciencia, la innovación social, el medio ambiente… Su objetivo es que esta comunidad se autorregule, crezca y se autogobierne, y haya comunicación y sinergias para hacer proyectos o para jugar a hacer ciencia. Y junto a DIYbio hemos creado una programación, BBK Open Science, que celebró su primer evento a finales de enero, el festival de Biohacking y Openlabs en BilboRock. La gente que vino salió muy satisfecha y se dio cuenta de que es muy capaz de practicar ciencia y que es algo muy divertido. Ahora vamos a celebrar unas jornadas en BilbaoArte y esperamos poder seguir ofreciendo actividades como juegos bióticos o jornadas de biogenética para saber quiénes fueron nuestros ancestros analizando nuestro ADN.

B.E. O sea, que solo tenemos que ser científicas amateur… Claro, eso lo dices tú que eres licenciado en Biología, tienes un Master en Biotecnología y Microbiología Aplicada, y por si fuera poco, tienes otro Master en Comunicación Científica… ¿Pero qué podemos hacer las personas sin conocimientos científicos?

R.M. Por supuesto que no hay que ser biólogo o bióloga para venir a visitarnos, todo lo contrario. Nosotros estamos en Bilbao Berrikuntza Faktoria y todos aquellas personas a las que les guste la idea de hacer ciencia y que quieran formar parte de la comunidad DIYBio Bilbao solo nos tienen que enviar un correo a [email protected] y mencionar “Comunidad DIYbio Bilbao” porque vamos a empezar a organizarnos para iniciar nuevos proyectos, buscar financiación para desarrollarlos, crear ese laboratorio comunitario y trabajar en los temas de ciencia que nos interesan… Si puedes hacer una tortilla de patata o unos huevos fritos puedes hacer ciencia. Yo, después de muchos años de educación formal en Biología, hasta que entré en un laboratorio después de la carrera no tuve ni idea de qué iba la ciencia porque nunca la había practicado: nunca había podido cultivar bacterias ni células ni usar anticuerpos ni replicar el ADN ni nada. Y fue cuando entré en un laboratorio a los 21 años cuando empecé casi de cero porque tenía un conocimiento teórico que ayudaba un poco pero no mucho.

B.E. En vuestra web habláis de la necesidad de democratizar la ciencia… ¿Sigue siendo un lugar exclusivo para las personas que se dedican profesionalmente a ella?

R.M. Tenemos dos objetivos: en primer lugar, desmitificar la ciencia y demostrar que todos somos capaces de hacer ciencia, y democratizarla. Al principio la ciencia la practicaba gente amateur como Mendel, Darwin, Marie Curie, pero llegó un momento en que se formaron las sociedades científicas, la ciencia se comenzó a profesionalizar, cada vez fue más caro practicar ciencia por el coste de los materiales, reactivos, etc. Y al final terminó siendo accesible para unos pocos, hombres, y de países ricos. Afortunadamente esto ya está cambiando, los materiales y los procesos son mucho más baratos, y los podemos hacer en cualquier sitio, no tiene por qué ser un laboratorio. Por ejemplo, usamos un equipamiento de neurociencia con el que hacemos cosas increíbles, como que un dron vuele con un impulso eléctrico que enviamos desde nuestro cerebro a nuestra mano para mover los dedos. Eso lo podemos hacer hoy en día de una forma muy barata porque hay un equipamiento desarrollado por unos chicos que decidieron sacar la neurociencia del laboratorio profesional.

La ciencia, que durante unos años estuvo secuestrada en manos de profesionales, ha vuelto a manos de la ciudadanía
B.E. Por cierto, acabáis de celebrar el festival BBK Open Science. ¿Qué tal ha ido, en qué ha consistido?

R.M. Ha sido un evento festivo que ha tenido mucha repercusión mediática, y en el que ha participado mucha gente de todas las edades, muchísimas mujeres, padres y madres, adolescentes, profesionales de la innovación…. Nuestra conclusión es que la gente tiene ganas de ciencia, y la quiere practicar, no quiere solo que se la cuenten sino vivirla. Ha sido un festival muy completo.

B.E. ¿Y cuál es el objetivo final? ¿Despertar las vocaciones STEM entre los jóvenes?

R.M. Podemos decir que sí, que el objetivo final es despertar las vocaciones científicas, desterrar la idea de que las mujeres no pueden ser científicas o lo que quieran ser... Pero también queremos que quienes tengan una vocación científica puedan practicarla, y que la gente se divierta, socialice, investigue, haga cosas creativas fuera de los espacios habituales de ocio en Euskadi, como las fiestas y los bares.

B.E. A todo esto… el día 11 se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. ¿Cómo podemos animar a las chicas a elegir estudios y profesiones técnicas?

R.M. Ya estamos viendo que la Biología empieza a estar dominada por mujeres. Desafortunadamente, aún no en los puestos de responsabilidad, aunque cada vez más, pero hoy en día se doctoran más mujeres que hombres. Esto ha sido un cambio increíble que ha ocurrido en poco tiempo. Lo interesante es que cada vez más las mujeres tienen éxito como directoras de investigación y en la toma de decisiones en el mundo científico. Este cambio está ocurriendo, aunque está costando algo más en otros campos como la Ingeniería. Nuestra intención es lanzar programas especiales de ciencia dirigidos a chicas para después ampliarlos a los chicos y crear grupos mixtos. También queremos incorporar lo máximo posible el euskera y llevar a cabo una acción positiva para aquellos que lo tienen más difícil, prestando especial atención a las chicas.

B.E. Mil gracias por todo, Ricardo. ¡Nos vemos entre buretas y tubos de ensayo!

R.M. Gracias a vosotras. Nos veremos entre probetas, tubos de ensayo, levaduras, etc., pero también en el campo, en las playas, en los lugares donde hace falta recuperar un entorno, una especie o simplemente donde queremos estudiar la vida, la ciencia, el arte.