¿Te suenan palabras como capucete, cencerreta, la Parrica o el escaparate de Jadraque? Todas tienen algo en común: si las has escuchado ha sido porque has pasado por Tudela. Está considerada la capital de la Ribera y es la segunda ciudad más grande de Navarra, después de Pamplona. Y es mundialmente conocida por su historia, por su huerta… y por sus curiosidades. Nosotras hemos rescatado algunas de las más llamativas.
El ‘escachamatas’
¿Sabías que hasta 1972 Tudela estuvo conectada por ferrocarril con la localidad aragonesa de Tarazona a través de un tren al que le llamaban El ‘escachamatas’? ¿Y te imaginas por qué se le llamaba así? Circulaba desesperadamente despacio. Era tan lento que, según dicen, una vez sus pasajeros pudieron ver marcar cinco goles mientras pasaban por delante del campo de fútbol de Tarazona. Igual la anécdota es un poco exagerada, pero la verdad es que esta línea férrea, que estuvo en funcionamiento casi un siglo, desde 1886, nunca fue rentable. Al final, los raíles se levantaron en 1995 y su trazado dio paso a la Vía Verde del Tarazonica, una ruta de paseo a caballo de 22 kilómetros.
Tomate Feo de Tudela
Entre todas las delicias que tiene la huerta de Tudela hay una muy curiosa… y fea: su famoso tomate Feo. Es de la variedad ‘marmande’ y tiene un prestigio enorme porque está delicioso, es uno de los frutos más exquisitos y de mayor calidad de la huerta tudelana. Pero, admitámoslo, por fuera es francamente feo, está achatado y tiene un montón de imperfecciones… Pero por dentro es una delicia de carne jugosa y tierna, y tiene un sabor inconfundible. Lo más curioso es que durante varios años se ha celebrado un concurso entre los productores de tomate de la ciudad que premiaba los ejemplares más feos de cada temporada.
Arte callejero entre joyas románicas
¿Sabías que, además de un montón de muestras del Románico, Tudela tiene algunas de las mejores expresiones de arte callejero de vanguardia? Si todavía no las has descubierto, date una vuelta por sus calles y alucinarás. Esta faceta de Tudela es tan conocida que la ciudad ha acogido varios festivales de arte callejero durante los últimos años. Y el resultado ha sido un legado artístico increíble que está a la vista de todo el mundo, en las fachadas de varios edificios de la ciudad. Solo tienes que darte un paseo por las calles Granados, Calahorra, Herrerías o por la Plaza Yehuda H Levi para descubrir este museo al aire libre, en el que podrás encontrar obras de artistas como Jorge Rodríguez-Gerada, Vhils, Mossiq o Ron English, uno de los artistas urbanos más conocidos, a lo largo de una ruta de casi 4 kilómetros.
Sancho el Fuerte prefería los burros
Todo el mundo sabe que la Catedral de Tudela es una joya tardorrománica cisterciense. Empezó a construirse durante el reinado de Sancho el Sabio, a finales del siglo XII, pero su hijo Sancho el Fuerte le dio el mayor impulso, aunque se terminó en tiempos de Teobaldo I. Lo que no todo el mundo sabe es el significado de los relieves de mulos que aparecen en algunos capiteles de las columnas que soportan sus naves. Se dice que tienen mucho que ver con varios episodios que le ocurrieron a Sancho el Fuerte, que le llevaron a aborrecer a los caballos. El primero se produjo durante una fiesta a principios del 1200, cuando su hermano Fernando falleció tras caer de su caballo por un accidente. El segundo tuvo como protagonista a su único hijo legítimo, que también se llamaba Fernando, y que también murió al caer de un caballo durante una batida de caza. Estos dos accidentes le provocaron tal rechazo a los equinos que en la batalla de las Navas de Tolosa decidió montar un mulo siciliano, que es el que aparece representado en las columnas. Qué poco regio, ¿verdad? ¡Y qué curioso!
¿Y tú? ¿Conoces alguna curiosidad de Tudela o de sus habitantes? Algo gracioso o llamativo que no nos podamos perder? Pues, ¡cuéntanoslo en un comentario!