En un mundo hiperconectado, las noticias vuelan a vertiginosa velocidad. ¿Y si esas noticias son falsas? Las noticias falsas, conocidas habitualmente como «fake news», se han disparado en los últimos tiempos y se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para las empresas que son víctimas de ellas.

Las «fake news» son noticias falsas que crean y/o divulgan datos no verificados, manipulados o que directamente no son ciertos. Así las define la Unión Europea: «Un ecosistema de producción, propagación y consumo de información falsa, inexacta o engañosa que tiene afán de lucro y busca causar daño público».

Porque detrás de las «fake news» puede haber motivos personales, sociales, ideológicos, políticos o económicos.

Aunque pueden llegar a través de textos, imágenes o vídeos, las redes sociales son, sin duda, el soporte favorito para la difusión de “fake news”. Su inmediatez, brevedad y potencial viralidad son una combinación explosiva de cara a difundir mensajes que llegan en poco tiempo a un gran número de personas.

Además, según un estudio del prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas. ¿Cómo es posible?

En una era marcada por la inmediatez y por la sobredosis de información, es fácil no acertar a distinguir la información real de la que no lo es y no pararse demasiado a verificar y contrastar una información. En resumen, el escenario perfecto para la multiplicación de las «fake news».

Las «fake news» en las empresas

Las empresas son, junto con las personalidades públicas, las que más sufren las «fake news».

Casos sonados en marcas como Starbucks, Amazon o United Airlines, han dejado en evidencia el problema y provocado que algunas empresas hayan decidido anticiparse a lo que pueda ocurrir, definiendo protocolos específicos y poniendo en marcha equipos de trabajo especializados.

Porque la información falsa provoca grandes problemas en cualquier organización, independientemente de su tamaño o sector de actividad. Entre otros, afecta a la reputación y credibilidad de la empresa, a la profesionalidad que se transmite a posibles socios o colaboradores, a la estabilidad financiera o se traduce directamente en una reducción de ventas y clientes.

En el ámbito empresarial, la intención de las «fake news» suele ser desprestigiar y en muchas ocasiones, aunque pocas veces con argumentos, las miradas se han dirigido a la competencia o a nuevas empresas que intentan desestabilizar el mercado para hacerse un hueco.

Pero lo cierto es que las «fake news» cuentan con múltiples focos de origen y ninguna empresa está a salvo de ellas, así que os damos una serie de pautas y recomendaciones que ayudan a minimizar daños:

  • Contar con una estrategia de comunicación bien definida y planificada que incluya un manual, protocolo o guía de actuación actualizado y realista, lo más detallado posible, con los pasos a seguir en caso de que la empresa se vea afectada por alguna «fake news».

Tened en cuenta que la rapidez es fundamental para atajar la crisis y la improvisación resulta temeraria, así que las directrices deben ser establecidas con antelación para una respuesta coordinada inmediata.

  • Anticiparse. Conocéis vuestra empresa mejor que nadie y seguramente tengáis en mente cuáles pueden ser vuestros puntos débiles de cara a hipotéticas «fake news». Que no os pillen por sorpresa.
  • Analizar y monitorizar la información. Antes de actuar, se debe saber qué se dice, cómo, dónde y a quién. Los detalles son importantes, al igual que el soporte o medio de difusión y la audiencia alcanzada, para reaccionar de forma adecuada y proporcionada.
  • Cuidar la relación con medios y contactos. En los medios de comunicación (los reconocidos y de reputación fiable), en asociaciones o incluso en profesionales de reconocido prestigio podéis encontrar buenos aliados para contrarrestar las informaciones falsas.

Disponer de una buena agenda de contactos facilita y amplía las posibilidades de difundir noticias propias que sí son ciertas, con datos completos y actuales, y que dejan en evidencia las «fake news». Bien abordadas, las «fake news» pueden incluso convertirse en una oportunidad para reforzar y reactivar vuestra imagen de marca ofreciendo informaciones veraces, detalladas y transparentes.

  • Buscar asesoramiento. En el mercado existen empresas o profesionales especializados en reputación corporativa, imagen de marca o legislación que pueden ayudaros en el caso de que vuestra empresa se vea afectada por noticias falsas.

Necesitáis conocimiento, contundencia, agilidad y también realizar un análisis de consecuencias, ya que no es fácil saber qué reacción puede generar vuestra respuesta. Las opciones van desde la indiferencia a las críticas negativas o incluso las demandas por daños a la imagen.

También podéis recurrir a las autoridades competentes para que os orienten sobre cómo actuar en función de la gravedad y las consecuencias de las faltas o delitos (si los hay) que se hayan cometido.

Las noticias falsas no figuran como delito específico en el Código Penal español. Sin embargo, contempla castigos para delitos con los que se las puede relacionar, como injurias y calumnias, estafa u odio, y aborda de forma explícita los daños ocasionados al perjudicar la posición en el mercado.

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