¿Te interesa la innovación? ¿Crees que es más que tener la última tecnología y eres de los que busca ventajas en todos los campos para ser más competitivo? Entre el 31 de marzo y el 1 de abril se celebró en el Museo Guggenheim el foro empresarial Innova Bilbao 2017 en el que colaboramos desde Euskaltel.

“Sólo quienes se arriesgan pueden aspirar al éxito”. Así se presentaba la quinta edición de Innova Bilbao en la que participó nuestro compañero Asier Gezuraga, responsable de canal online en Euskaltel. Durante su conferencia habló sobre Lean Thinking, así que le hemos pedido que nos explique en qué consiste este pensamiento y cuál es su aplicación en el mundo empresarial.

Blog Euskaltel: El pensamiento Lean aboga por acabar con las tareas y procesos dentro de la empresa que no aportan valor al producto o servicio final.

Asier: Si nos remitimos al origen de Lean, podemos decir que comenzó en empresas industriales como una forma de enfocar los procesos a la generación de valor para el producto, y toda actividad que no generara valor debía eliminarse del proceso. Esto es lo que se conoce por eliminar el “muda” (despilfarro en japonés), además incluía una búsqueda continua de perfección a través de la mejora continua o “kaizen”.

Hoy en día, el pensamiento Lean se aplica en todo tipo de proyectos pero centrándose en las PERSONAS: toda actividad de la empresa debe enfocarse en generar valor para las personas, principalmente en el cliente pero incluyendo usuarios, trabajadores y accionistas.  El producto viene después, es el resultado de la generación de valor para las personas.

B.E. ¿Se pierde mucho tiempo con tareas que no aportan nada al resultado final?

Asier: Siempre hay tareas que pueden replantearse, pero el problema principal no es que se realizan tareas que no aportan valor al resultado final, sino que el propio resultado final, en forma de producto o servicio, en demasiadas ocasiones no aporta valor al cliente. Y esto ocurre por no realizar bien los primeros pasos de diseño del producto, por no emplear un método sistemático que permita probar nuestras hipótesis.

Además, en los últimos años con el reto de la digitalización nos estamos centrando mucho en los “qué” y “para qué” de la transformación digital en vez de entender que la clave está en cambiar el “cómo” hacemos las cosas, tener personas y equipos preparados para afrontar retos en un escenario de cambios constantes, en el que toda actividad tenga un mismo objetivo, generar valor. Desconocemos qué demandará el cliente dentro de diez años, pero podemos tener un equipo con la dinámica de trabajo que nos asegure que responderemos a lo que llegue. Lean es un gran aliado.

B.E. El dueño o dueña de una pequeña empresa puede escuchar esto del lean thinking y pensar: "Esto no es para mí. Esto es solo para grandes empresas, a las que le sobran recursos". De hecho, cuando se habla de lean thinking, se suele citar a Toyota y otros fabricantes con producciones masivas. ¿Se equivocaría si pensara así el dueño o dueña de una pyme? ¿Cómo puede ayudarle?

Asier: Sin duda. Hay una corriente muy fuerte sobre aplicación de Lean a pequeñas empresas y StartUps. Prueba de ello son libros como la serie de la editorial O`Reilly sobre Lean, basados en el Lean StartUp de Eric Ries, que explican el pensamiento Lean aplicado desde una perspectiva de creación de ideas y productos, muy válidos para empresas pequeñas. Con herramientas como el Business Canvas Model, el Value Proposition Canvas o la creación de prototipos para testar con el público objetivo (con nuestros early adopters), no se asegura el éxito, pero ayudan a detectar errores en la concepción de un producto de forma temprana y con el menor coste posible.

B.E. Una empresa que decide introducir el pensamiento Lean en su estructura, ¿qué dificultades tendrá que superar?

Asier: En la mayoría de los casos es romper con la inercia y dinámica establecida; Hemos pasado por una época en la que nos centrábamos en la reingeniería de procesos y la calidad, enfocada en el producto y donde la agilidad no era una prioridad. Las empresas son conscientes de la necesidad de cambio, que todo está sucediendo rápido y urge adaptarse a un mercado que juega con factores que hace 15 años no existían.  Introducir algo como Lean implica romper rutinas, formar a las personas, introducir un cambio cultural, un nuevo lenguaje interno, adaptar la organización para que además de estructura de gestión, existan círculos de decisión. Lean rompe con el diseño del producto en la empresa y es el cliente el que lo redefine constantemente y tira de él.

Por mi experiencia puedo decir que las personas y los equipos este tipo de cambios e innovaciones los acogen de forma muy positiva y con ilusión, aunque les suponga una implicación mayor al inicio. En el fondo Lean simplifica nuestro trabajo porque lo enfoca a lo que de verdad importa.